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lunes, 27 de diciembre de 2010

Dulce ignorancia (parte I)

“Hijo mío, come miel, porque es buena, el panal es dulce al paladar.”
Prov. 24:13

“Juan llevaba un vestido hecho de pelo de camello, y un cinto de cuero en su cintura. Y comía langostas y miel silvestre.” Mateo 3:4

“No puedo recomendar para su tos ningún remedio mejor que el eucalipto y la miel. En un vaso de miel colóquense unas pocas gotas de [aceite de] eucalipto, agítese bien y adminístrese cuandoquiera que venga la tos. He tenido considerable dificultad con mi garganta, pero toda vez que uso esto, resuelvo rápidamente el problema. Tengo que utilizarlo sólo unas pocas veces, y la tos desaparece. Si Ud. emplea esta prescripción puede ser su propio médico. Si la primera vez no obtiene curación, pruebe otra vez. El momento mejor para tomarla es antes de acostarse (Carta 348, 1908 [A un obrero]).”

¿CONOCE USTED LOS BENEFICIOS DE  LA MIEL PARA SU SALUD?
La miel es conocida ampliamente como edulcorante. En menor medida se la conoce como expectorante, y suavizante de la garganta y vías respiratorias, y mucho menos como cicatrizante. Todo ello fue cosa de viejas durante muchísimos años, hoy es reconocido científicamente.
Se dijo que la abeja recoge la materia prima para hacer la miel principalmente de las flores, (néctar) también  en algunas épocas del año- lo hace de otras partes de las plantas.
La abeja recolectora de néctar guarda el mismo en el buche, al llegar a la colmena, lo cede a otra regurgitándolo. Este paso se repite varias veces y en cada una de ellas, el néctar se va enriqueciendo con las secreciones de las abejas. Luego es depositado en celdillas donde se lo va deshidratando, y cuando ya es miel en su punto justo, la abeja lo tapa (opercular).

1. Composición de la miel
La miel es una sustancia formada, principalmente, por azúcares (fructosa y glucosa) pero además es una maravillosa fuente de minerales y vitaminas. Está compuesta de más de 150 sustancias.


La miel, mayoritariamente está compuesta por carbohidratos (azúcares) y gran parte de estos están desdoblados. Es decir que están predigeridos, lo que facilita enormemente su absorción.
Básicamente la miel tiene un 75% de Azúcares, hasta un 20% de humedad, una pequeña cantidad de proteínas, de ácidos, de grasas y cenizas (sustancias minerales).Los principales azúcares son la fructosa y la glucosa. Las mieles oscuras son mejores, por su mayor contenido en minerales que pueden ser de hasta cuatro veces más que en las claras.
La miel es una sustancia de color variable, de reacción ácida, y 1 .4 veces más pesada que el agua. Tiene hasta un 20 % de humedad.
Básicamente es una solución de azúcares, agua y cenizas. Tiene proteínas, como aminoácidos y enzimas- vitaminas, antibióticos naturales, una gran cantidad de minerales y oligoelementos.


Composición química.
Hidratos de carbono:
Fructosa (levulosa) 38.2% promedio
Glucosa (dextrosa) 31 .3%
Maltosa 7.3%
Sacarosa 1.3%
Además en menor cantidad:
Nigerosa, Laminaribiosa, Maltotriosa, Levocestosa, Malturosa, Orlosa, lsomaltotetraosa, Isomalturosa, Leucarosa, Dextrantriosa, Trehalosa, Melitosa (Rafinosa), Kojibiosa, Isomaltosa, Gentibiosa, Melecitosa, Turanosa, Panosa, Isomaltosa, Toandorosa, lsomaltopentaosa, Centosa y Cestosa.
Todos ellos se presentan como azúcares simples, -monosacáridos- disacáridos y azúcares superiores. Variando enormemente la proporción de cada uno de ellos según la floración y clima. También de acuerdo a estas proporciones será la mayor o menor velocidad de cristalización de cada miel, habiendo algunas que no lo hacen en años, y otras comienzan a las pocas horas de cosechadas.

Aminoácidos presentes:
Lisina, Arginina, Tireonina, Acido Glutámico, Glicina, Cistina, Metionina, Leucina, Fenilalanina, Histidina, Acido Aspártico, Serma, Prolina, Alanina, Valina, Isoleucina, Tirosina, Triptófano.
Las cantidades de aminoácidos presentes en miel son bajas, a alguno de ellos se los detecta como trazas. El mas importante en cantidad es la Lisina que suele estar presente con 0.4 hasta 38.2 mgI g de miel.

 2. Cristalización de la miel. ¿Por qué se cristaliza la Miel?.
La miel se cristaliza porque es una solución supersaturada. Este estado de sobresaturación ocurre porque hay mucho azúcar en la miel (más del 70%) con relación a la cantidad de agua (a menudo menos del 20%). La glucosa tiende a precipitar fuera de la solución, y la solución cambia a un estado sobresaturado más estable.
La forma monohidratada de la glucosa puede servir como semilla o núcleo, los cuales son esenciales en el punto de partida para la formación de los cristales.
La cantidad de glucosa y de fructosa presente en la miel, así como la humedad de la misma, son los principales factores que determinan la cristalización de la miel. A mayor cantidad de glucosa más rápido se produce la cristalización y a la inversa cuanto mayor es la cantidad de fructosa menor es la tendencia a cristalizar Con el contenido de agua sucede que a mayor cantidad de agua menor es la tendencia a cristalizar. Un cociente bajo entre el contenido en % de glucosa y el % de agua presente en la miel da como resultado una menor tendencia a cristalizar. Dicho de otra manera: El coeficiente que resulta de dividir el % de glucosa con el % de agua presentes en la miel, es directamente proporcional a la tendencia a la cristalización.
Algunos productores al procesar la miel, la calientan a 450C para retrasar el proceso de cristalización y colocan en la etiqueta de identificación la siguiente leyenda " La miel puede cristalizar en forma natural, la cual desaparece por calentamiento en baño de maría". ¿Qué factores influencian la cristalización.
La miel en panales dentro de la colmena permanece por mas tiempo sin cristalizar que si es retirada de las mismas, y a su vez esta miel retirada de la colmena si es mantenida en panales tarda mas en cristalizar que si es extractada. La mayoría de las mieles líquidas se cristaliza a las pocas semanas de ser extractadas.
Muchos factores afectan la cristalización de la miel. Algunos grupos de miel nunca se cristalizan, mientras otras lo hacen dentro de pocos días después de la extracción. La tendencia de la miel para cristalizarse depende fundamentalmente del contenido de glucosa y del nivel de humedad de la miel. La composición global de la miel, la cual incluye otros azúcares aparte de la glucosa, y otras 180 substancias identificadas tales como minerales, ácidos y proteínas también influencian la cristalización.
Adicionalmente, la cristalización puede ser estimulada por cualquier partícula pequeña de polvo, polen, pedacitos de cera o Propóleos, burbujas de aire, que están presentes en la miel. Estos factores están relacionados al tipo de miel, como también por la forma de manejo y procesamiento de ésta. Las condiciones de almacenamiento, tal como: temperatura, humedad relativa y tipo de envase, pueden también afectar la tendencia de la miel para cristalizarse.

4. Propiedades de la miel
La miel posee numerosas propiedades tanto terapéuticas como nutricionales. Las más representativas se mencionan a continuación:

·        Es de fácil asimilación debido a posee hidratos de carbono de cadenas cortas.
·        Facilita la digestión y asimilación de otros alimentos: en el caso de los niños facilita la asimilación de calcio y magnesio.
·        Posee mayor poder edulcorante que el azúcar
·        Mejora la conservación de los alimentos
·        Es suavemente laxante (regulariza el funcionamiento intestinal)
·        Posee propiedades sedantes (favorece la absorción de triptofano que es precursor de la serotonina)
·        Es antihemorrágica, antianémica, antiséptica, antitóxica, emoliente y febrífuga
·        Mejora el rendimiento físico, especialmente, en los deportistas.
·        Se utiliza para el tratamiento de faringitis, laringitis, rinitis, gripes, estados depresivos menores, úlceras, gastritis, quemaduras, entre otras.
·        Es utilizada para el tratamiento de personas que padecen astenia o estados de cansancio tanto en la esfera física como psíquica y en la desintoxicación de alcohólicos ( La miel aumenta la cantidad de glucógeno disponible en el hígado y ejerce una acción hepato-protectora)
·        Estimula la formación de glóbulos rojos debido a la presencia de ácido fólico.
.         La miel es altamente recomendada para calmar la tos.
.         La miel posee una importante acción curativa sobre las heridas.
.        Estimula la formación de anticuerpos debido al ácido ascórbico, magnesio, cobre y zinc, esto significa que la miel estimula el sistema inmunológico reforzando las defensas para prevenir enfermedades.
.         Consumir miel regularmente es beneficioso para el corazón.


Precauciones en el consumo de la miel de abejas
- El uso de miel en diabéticos no es recomendable, la miel posee mayor poder edulcorante que el azúcar.
- La miel es peligrosa en bebés menores de 1 año. Tanto la miel de caña como la miel de abeja pueden contener esporas de clostridium botulinum, que producen neurotoxina en el intestino inmaduro del lactante.
- Si está cuidando su peso, debe saber que existen 325 calorías cada 100 gramos de miel.
- Los alergicos al polen deberán abstenerse ante el consumo de miel.

LAS VIRTUDES DE LA MIEL EN LA PIEL
Se han descubierto muchísimas otras virtudes de la miel, tanto para nuestra salud como para la belleza. En la primera, es de gran valor energético, rica en sales minerales, hierro, fósforo, calcio y en vitaminas; por lo que ayuda al crecimiento y fortifica los huesos. Además, ayuda a la digestión de algunos alimentos y a combatir las enfermedades respiratorias.

Dulce belleza:
La miel se ha usado por siglos en la belleza femenina. La historia cuenta que Popea, esposa del emperador romano Nerón, cuidaba su piel con cremas de miel y leche, que la dejaban con un rostro más terso y joven.
También se cuenta que Ana de Inglaterra no dejaba su miel a la hora de lavarse su brillante cabellera, ya que conocía sus propiedades acondicionadoras e hidratantes.
Ya lo hemos dicho, la miel es excelente ingrediente cosmético, sobre todo para el rostro y esencialmente en mascarillas. En este sentido, te recomendamos hacer una en casa para poder tener la piel suave y radiante, mezclando plátano con una cucharadita de miel y un poco de yogurt. Esta mezcla se aplica en la cara por diez minutos y luego se retira con abundante agua tibia.
Ahora bien, si la idea es limpiar la piel del rostro, mezcla 50 gramos de avena con 2 cucharadas de miel y medio yogurt. Licua todo esto y aplícalo por 15 minutos. Los resultados son maravillosos.
Y para nutrirla, fusiona 100 cc. de crema de leche espesa, 1 palta molida, 1 zanahoria molida y 3 cucharadas de miel. Esta máscara sirve para aplicarse en cara y cuello por 15 minutos, para que tenga efectos óptimos.
Y también para el pelo:
La miel no sólo sirve para el rostro, sino también para mantener un cabello sano y muy limpio. Para eso, agrega una cuchara de miel en tu champú preferido y así evitarás los gérmenes indeseables en el cuero cabelludo. Quedará brilloso y bello.
Además, para aquellas mujeres con cabellos secos y opacos, se recomienda realizar una mezcla de una porción de miel con tres de aceite oliva. Esta mezcla puede aumentarse si el cabello es muy largo. Para obtener los mejores resultados de esta mezcla, es necesario dejarla en reposo durante todo un día. Y al momento de utilizarla, hay que aplicarla con movimientos circulares, luego hay que cubrir la cabeza con un gorro plástico por media hora.
Se enjuaga después con mucho agua tibia hasta retirar todo y dar un último remojo con agua con una cuchara con vinagre o jugo de limón. Finalmente, para mejorar la salud de nuestro cuero cabelludo, es bueno realizarse una envoltura de miel por 20 minutos, cubierto por un gorro de plástico.

La miel: un remedio para las heridas que no curan

http://www.medcenter.com/Medscape/Specialty.aspx?pid=24&langtype=11274Publicado em 30/04/2009

Como agente local, la miel tiene una acción de eliminación de tejidos enfermos  y limpieza, actuando como barrera para evitar la infección. Sus propiedades antimicrobianas como agente local han sido descritas y documentadas tanto en estudios in vitro como in vivo, y la evidencia apoya su utilidad en la curación de las heridas. Más recientemente, los estudios han examinado los beneficios de la miel en el tratamiento de quemaduras, injertos de piel, gangrena, mucositis inducida por radiación, y enfermedades dermatológicas como la seborrea y la dermatitis.
Se ha recomendado que en el tratamiento de las úlceras venosas se aplique miel tópica dos veces al día y se valore la herida semanalmente.
Se ha examinado la ingesta de miel por su posible beneficio en el tratamiento de la DM, hipercolesterolemia, hipertensión y gastroenteritis.
Se cree que las propiedades antimicrobianas de la miel derivan de su alto contenido en azúcar y su baja humedad, las propiedades ácidas del ácido glucónico, y las propiedades antisépticas del peróxido de hidrógeno que contiene.
Cuando se toma por vía oral, la miel ha mostrado que influye en los niveles de colesterol LDL, probablemente como resultado de su contenido en flavonoides  y sus propiedades antioxidantes. Alguna investigación ha sugerido que las mieles más oscuras tienen un contenido más alto de antioxidantes que las mieles más claras.
También en aquellos con inflamación de las encías (gingivitis) y placa dentarias la miel produce grandes beneficios en su uso.

Esta revisión concluye:

1. La miel tiene de un 70% a un 80% de azúcar, pero también contiene agua, proteínas, peróxido de hidrógeno, y ácido glucónico. Se cree que las propiedades antimicrobianas de la miel derivan de su alto contenido en azúcar y su baja humedad, las propiedades ácidas del ácido glucónico, y las propiedades antisépticas del peróxido de hidrógeno.
2. Se ha comunicado que la miel como agente local es beneficiosa para tratar las heridas crónicas, quirúrgicas y traumáticas. Recientemente, varios estudios han examinado los beneficios de la miel el tratamiento de quemaduras, injertos de piel, gangrena, mucositis inducida por radiación, y enfermedades dermatológicas como la seborrea y la dermatitis. Se ha examinado la ingesta de miel por su posible beneficio en el tratamiento de la DM, hipercolesterolemia, hipertensión, y gastroenteritis.
3. Una revisión sistemática del año 2001 encontró que la miel tópica es superior para el control de la curación de la herida posoperatoria, el mantenimiento de la asepsia, y la erradicación de la infección. Pequeños estudios controlados han indicado que la miel es beneficiosa en el cuidado de la herida a causa de una cesárea, heridas que no curan y que no responden a otros tratamientos, y heridas crónicas, quirúrgicas, y traumáticas. Una revisión sistemática Cochrane comunicó que la evidencia más fuerte disponible apoya el uso de miel para las úlceras venosas de la pierna. Un reciente ensayo controlado aleatorizado confirmó la eficacia de la miel en el tratamiento de las escaras de úlceras venosas. En el año 2007, el fármaco fue aprobadp por la FDA para su uso en heridas y quemaduras.

Información sobre la autora: Profesora clínica de medicina de familia, Universidad de California Irvine, Orange, California; Director, Division of Faculty Development, UCI Medical Center, Orange, California. Medscape Medline 2010

Asi como la miel es un producto de la colmena, existen otros productos de la misma que tienen iguales o más efectos terapéuticos para el ser humano, te invito a que los conozcas:
Se conoce como Apiterapia "la disciplina médica que emplea los productos de la colmena para el tratamiento y la prevención de enfermedades". Miel, polen y jalea real son valiosos complementos nutricionales que a su vez poseen propiedades terapéuticas junto al Propóleo.
Con frecuencia se observa indiferencia hacia la Apiterapia y a veces ocurre rechazo. Al respecto especialistas en el tema expresan: "muchos de estos tratamientos están basados en estudios serios que desgraciadamente muchos médicos desconocen y por ello cuestionan... El problema no es que no haya evidencia científica, sino que muchos la desconocen".

Miel  Regulariza el tránsito intestinal y favorece la absorción del Calcio. 3.000 a.C, los egipcios observaron que "alivia los dolores gástricos", se ha determinado que ello se debería entre otras razones a su capacidad antimicrobiana frente al Helicobacter Pylori (bacteria que se aloja en el estómago y que está íntimamente relacionado con esta afección).

Polen Entre los muchos productos que nos brindan las abejas, el polen es uno de los más completos y energizantes, contiene proteínas (casi todos los aminoácidos esenciales), y es fuente conocida de vitaminas, minerales e hidratos de carbono.
El polen es un polvillo producido por los órganos masculinos de las plantas, encargado de fecundar sus órganos femeninos. Las abejas recogen el polen de las flores con sus patas y lo humedecen con néctar dándole forma de pequeñas bolas que transportan a la colmena para alimentar a las abejas obreras. Mediante estos viajes de flor en flor contribuyen, desinteresadamente, a la polinización de muchas especies. El hombre lo obtiene situando unos cajoncillos con rejillas en la entrada de la colmena. El polen se deshidrata para que no fermente ni se enmohezca.
El polen es el alimento de la colmena, básico en el desarrollo de las larvas de abejas, gracias a su riqueza en proteínas (de un 20-30%), incluyendo todos los aminoácidos, en minerales (se han detectado hasta 27 minerales) y en vitaminas, así como enzimas (se han detectado más de 100), reguladores del crecimiento, ácidos grasos, ácidos orgánicos y flavonoides.

Algunas comparaciones :
100 g de polen tienen tanto fósforo como la carne de ternera o algunas verduras, y más que la leche entera; tienen más magnesio que las carnes, los pescados y la mayor parte de las verduras (aunque queda lejos del salvado de trigo o las almendras, especialmente ricos en este mineral); algunos pólenes tienen tanto hierro como las espinacas, la carne o la yema de huevo y más que el pescado; y tanto zinc como las avellanas, el queso o la harina de soja (considerados ricos en este elemento).
El polen tiene tanta o más vitamina B1 (tiamina) como el extracto de levadura o el germen de trigo; tiene más vitamina B2 (riboflavina) que los huevos y la leche, y algunos tipos de polen tienen más contenido que la levadura de cerveza (muy rica en esta vitamina) o la carne de ternera; su contenido en vitamina C es similar a las espinacas, el tomate o los plátanos; y en algunos tipos el contenido en vitamina E (hay más variación en este valor) es similar al del germen de trigo, los cacahuetes o el aceite de oliva.
Es, pues, evidente que es un complemento de la dieta especialmente indicado en momentos de fatiga y desnutrición, y es también muy adecuado en dietas vegetarianas. Además, de entre otros muchos beneficios en nuestro organismo descritos por el aporte de polen, queremos destacar su elevado poder antioxidante (muchos de los elementos de su composición, como los ácidos grasos, las vitaminas C y E, beta-carotenos, selenio, ácidos nucleicos, etc., representan un papel muy importante en este aspecto) y su consumo en algunos países del norte de Europa como preventivo de problemas relacionados con la próstata.

¿Cuáles son las Propiedades del polen?
• Ayuda a recuperarse en casos de anemia o debilidad.
• Aumenta la resistencia ante las enfermedades (infecciones urinarias, estados gripales, sarampión).
• Es un buen regulador intestinal (constipación crónica, diarreas)
• Se recomienda en embarazo y lactancia por su gran poder remineralizante.
• Problemas de próstata por su gran riqueza en Zinc.
• Ayuda a recuperar el apetito en personas convalecientes.
• Regula el peso corporal tanto en obesidad como para la delgadez.
• Alimento ideal para deportistas ya que aumenta la resistencia ante el esfuerzo físico.
• Refuerza la memoria, insomnio, depresión.
• Muy útil para los diabéticos ya que ayuda a regular los niveles de glucosa.
• Gracias a su contenido en Riboflavina, vitamina A y Zinc ayuda a mejorar la visión.
También posee la propiedad de disminuir el colesterol LDL por sus fitosteroles, los que también sirven para mejorar el estado nutricional en individuos de la tercera edad, HIV, deportistas, con alimentación no balanceada.

Modos de consumir el polen
El sabor del polen no tiene porqué gustar a todo el mundo. Pero para ello existen muchas alternativas de disfrutarlo.
Hay quien mastica tranquilamente el polen hasta deshacerlo por completo en la boca; hay quien se ayuda a tragarlo con un sorbo de agua. Pero si ninguna de estas formas vuelven sencilla la tarea de tomarse una cucharada de polen, se puede disolver en jugo de naranja o en leche y añadirle un poco de miel; es una excelente manera de conseguirlo.
Y quien prefiera masticarlo puede hacerlo mezclando el polen con miel o mermelada.
También están los productos ya preparados a base de polen, otra forma cómoda y efectiva de tomar polen con frecuencia.
De entre todos estas formas de consumirlas la más recomendada es en combinación con miel, ya que es de esta manera como se absorbe la mayoría de sus componentes (las abejas lo mezclan con miel al llegar a la colmena formando lo que se conoce como “pan de abejas”, inactivando la exina, un elemento presente en el polen que impide que este sea digerido y absorbido por el intestino de las abejas y el humano también. Esto se potencia al agregársele propóleos).

MODO DE EMPLEO:
20 gr. / día para adultos.
30 gr. / día para adultos con síntomas de fatiga física o gran actividad.
12 gr. / día para niños de 3 a 5 años.
16 gr. / día para niños de 6 a 12 años.

ADVERTENCIAS:
·         Tomar una pequeña cantidad hasta asegurar su tolerancia en personas que puedan tener alergia a productos derivados de la abeja y/o sufren asma.
·         Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta equilibrada.
·         No superar la dosis diaria recomendada
·         Mantener fuera del alcance de los niños.

Uno de sus mayores beneficios es su acción sobre la Próstata, múltiples estudios han comprobado su eficacia en el caso de Prostatitis (infección de la glándula), Hipertrofia Prostática benigna, y prevención del Cáncer de próstata.

LA PRÓSTATA Y EL POLÉN
De acuerdo con los estudios que Jonssen y sus compañeros obtuvieron con hombres a los que se les administró constantes dosis de polen, se observó la manera en que los padecimientos prostáticos cedían frente a su acción, viéndose en él un eficaz coadyuvante par el tratamiento de dichas afecciones.
El uso del polen en enfermedades prostáticas, según informan los especialistas, ha reportado resultados estimulantes sobre todo en las primeras fases del desarrollo patológico. Su utilización está muy bien establecida en los casos de prostatitis.
Hace unos años el Dr. Ask-Upmark trató 12 casos de prostatitis con polen Cernelle (que se obtiene de plantas cultivadas por el hombre con polen especialmente bueno cosechado por un aspirador gigante), mediante una dosis de cinco tabletas diarias como primer alimento matutino: sólo en dos casos tuvo malos resultados, pero las mejorías en los otros 10 fueron muy favorables.
En las investigaciones de Jonson, Alken y Rol, antes mencionadas, se descubrió que la preparación de polen produjo alivio en una cantidad no menor al 44% de los 172 varones estudiados. Uno de esos pacientes es un buen ejemplo de los efectos a largo plazo del polen, pues aun cuando los médicos lo dieron de alta él recordó que tuvo una recaída al no tomar sus tabletas unos días, así que prefirió seguir tomándolas, durante unos nueve años, sin presentar efectos colaterales negativos en ningún momento.
Un caso realmente excepcional fue el de un hombre de 75 años con graves problemas prostáticos, quien tomó tabletas de polen por dos días, al tercer día descubrió, en el hospital donde le realizaban un estudio, que sus problemas habían desaparecido, ya que las radiografías que ahí le tomaron no mostraron rastro alguno de la enfermedad, sus síntomas se fueron sin dejar huella, por lo cual no hubo necesidad de operar.
El Dr. R. Chandra de la Universidad Johns Hopkins, varias veces nominado para el Nóbel de Medicina, probó que suplementar con moderadas cantidades de micronutrientes la dieta de los ancianos mejora su inmunidad y decrece el riesgo de infecciones. Demostró la relación directa entre el nivel plasmático de Fe, Zn, vitamina B6 y beta caroteno con una superior respuesta inmune. Ese magnífico trabajo nos permite proponer 30 gr. diarios de polen a personas de la tercera edad, que aportan las cantidades suficientes de micronutrientes. Tal vez esta sea una de las razones que ha llevado al polen a ser considerado como el "elixir de la vida".
En aquellos que son portadores del virus HIV:
Debido a que estas personas tienen una menor absorción de Se (Selenio) y Beta Carotenos por trastornos intestinales, el suplemento de estos micronutrientes es valioso para mejorar su expectativa de vida. También se vió que el Selenio es útil para reducir la incidencia de algunas aparición de tumores en ellos.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Dime cuanto duermes y te diré como eres


Hace algunos años un adolescente americano llamado Randy Gardner, decidio hacerse un hueco en el libro Guinness de los records intentando pasar el mayor tiempo posible sin dormir. ¡Su intención era aguantar 264 horas sin dormir y lo consiguió! Fue un experimento cuidadosamente controlado y supervisado por medicos de las fuerzas navales americanas, y sorprendentemente sobrevivió bastante bien. Sus principales sintomas fueron: problemas del habla, incapacidad para concentrarse, vacíos de memoria y alucinaciones. Al final el estudio tuvo un efecto rebote durmiendo por casi 15 horas la primera noche y luego períodos cortos extra las noches siguientes. Este experimento que no recomendamos repetir, dejó bien claro los efectos sobre el cerebro de la falta de sueño y en otros tantos estudios podemos descubrir sus efectos sobre todo nuestro cuerpo.

Cada noche nos vamos a nuestra habitación nos metemos en nuestra cama y caemos en el estado inconsciente del sueño. Y si la mayoría de nosotros dormimos alrededor de 8 horas por día significa que un tercio de nuestra vida la pasamos en este estado inconsciente del sueño. Si intentámos suprimir este tiempo precioso de descanso y utilizarlo para otras actividades nuestro cuerpo y especialmente nuestro cerebro pronto sufrirán las consecuencias, esto es lo que analizaremos en estos artículos que hablan sobre la importancia de este tiempo valioso en donde no solo descansamos sino que se llevan a cabo numerosas funciones de nuestro organismo.

Prevalencia de los trastornos del sueño
en adolescentes de Cuenca, España
M.A. García-Jiménez a, F. Salcedo-Aguilar b, F.M. Rodríguez-Almonacid b,
M.P. Redondo-Martínez b, M.L. Monterde-Aznar b, A.I. Marcos-Navarro b,
M.P. Torrijos-Martínez b
INTRODUCCIÓN
Diversos estudios han demostrado la alta prevalencia en la población adolescente de los trastornos del sueño (TS), especialmente de aquellos que afectan al ritmo vigilia-sueño.
Como causa de estos trastornos se invocan factores psicológicos (estrés, trastornos afectivos), cambios hormonales, cambios puberales y unos inadecuados hábitos de sueño.
En la adolescencia, la necesidad de sueño no disminuye, e incluso aumenta al llegar a la pubertad, pero ocurren cambios en el patrón de sueño: los adolescentes tienden a retrasar la hora de acostarse y levantarse con relación a la etapa preadolescente. Este retraso del ritmo circadiano es más importante durante el fin de semana, ya que el período de sueño durante la semana está determinado por el horario escolar; así, mientras que los preadolescentes permanecen un tiempo en cama similar durante toda la semana, los adolescentes lo aumentan en el fin de semana para recuperarse de un tiempo de sueño insuficiente (‘deuda de sueño’) durante el resto de la semana.
A partir de los 12 años, el tiempo de sueño es menor en los días de clase, porque el horario de entrada al centro escolar se adelanta. Cuando el adolescente comienza a salir por las noches, la capacidad de recuperación en el fin de semana desaparece y refieren con frecuencia problemas relacionados con el sueño y una excesiva somnolencia por reducción crónica del sueño nocturno. Así, hasta un 60% de los adolescentes de 14 y 15 años se sienten cansados por falta de sueño y/o dificultad para dormir. Una buena higiene del sueño, que incluya horarios regulares, ayuda a prevenir el desarrollo de TS, ya que los adultos con insomnio refieren que sus problemas se iniciaron en la adolescencia.
La reducción del tiempo o la calidad de sueño por malos hábitos o por TS conduce con frecuencia a un cansancio o excesiva somnolencia durante el día y repercute, sin duda, en la calidad de vida; induce un bajo rendimiento y aprovechamiento general de los adolescentes y un mayor riesgo de accidentes.
A pesar de lo anterior, son pocos los estudios epidemiológicos en España que hayan estudiado la magnitud de este problema de salud. Por ello, nos pareció interesante abordar este estudio en la población adolescente de nuestra ciudad, con los siguientes objetivos:
– Conocer la prevalencia de los TS en la población adolescente de la ciudad de Cuenca.
– Describir los hábitos de sueño de los adolescentes y su relación con los TS, así como otros factores asociados (consumo de sustancias tóxicas y factores psicológicos).
– Conocer la relación entre los TS y el cansancio o la excesiva somnolencia durante el día.
En este estudio se incluyeron adolescentes desde 1º a 4º año de secundaria, de procedencia urbana la mayoría. Se les realizó un cuestionario donde se incoraron preguntas sobre hábitos de sueño, consumo de tabaco, alcohol o drogas, depresión.
Aunque la mayoría de adolescentes declara dormir ocho horas o más entre semana, más de una cuarta parte (31,3%) manifiesta dormir sólo de seis a siete horas. El tiempo de sueño aumenta en algo más de una hora durante el fin de semana; este aumento es mayor entre las chicas. Durante los días de clase se acuestan de media sobre las 23 h y los fines de semana retrasan la hora de acostarse hasta la 1 de la madrugada, porque suelen salir por la noche (15,6% siempre y 48,8% a veces). La hora promedio de levantarse entre semana es a las 7 h 59 min, y los fines de semana a las 11 h 42 min; el 45,4% de nuestra población refiere dormir mal la noche del domingo al lunes.

Prevalencia de problemas y trastornos relacionados con el sueño

Parasomnias
Como se puede apreciar en la tabla II, la somñolencia es la parasomnia más frecuente; a mayor distancia le siguen las pesadillas y el sonambulismo. Entre las chicas es más frecuente la somniloquia y las pesadillas.
Síntomas y trastornos respiratorios en sueño. Es frecuente el ronquido en nuestra población; son más roncadores los chicos. Sólo refiere pausas respiratorias o apneas en sueño un 1,9% de los encuestados.
Síntomas de insomnio
Una alta proporción de adolescentes refiere dormir mal, lo que consideramos una mala calidad subjetiva del sueño y durante un tiempo de 13,4 meses de media. Cuando se les pregunta por las causas, la mayoría lo relaciona con vivencias y situaciones conflictivas (54,3%). La queja de sueño es algo menos frecuente y se da en mayor proporción entre las chicas
En nuestra población, el síntoma de insomnio más frecuente es el despertar nocturno o sueño fragmentado; el número de despertares referidos oscila entre uno y cuatro por noche; la mayoría se despierta sólo una vez (71,5%) y casi la cuarta parte (23,5%) desconoce el motivo. Es más frecuente entre las chicas. Le sigue, en orden de frecuencia, la dificultad para iniciar el sueño y el despertar precoz, sin diferencias entre sexos; cuando presentan despertar precoz, despiertan 16 minutos como media antes de lo deseado.
Durante el día, la mayoría de los adolescentes se queja de excesiva somnolencia, con un predominio femenino, sobre todo después de comer (48,4%) y durante el horario escolar (43%); la hipersomnolencia grave es infrecuente (0,9%).

Prevalencia de insomnio
El 17,7% de nuestra población manifiesta queja de sueño y algún síntoma de insomnio asociado.
No se observan diferencias significativas en la prevalencia del insomnio entre chicos y chicas, aunque es más frecuente en estas últimas, y sí en relación con la edad, ya que los adolescentes que cumplen los criterios de insomnio son más mayores. Asimismo, el insomnio es más frecuente entre los adolescentes con alguna enfermedad y con antecedentes familiares de problemas relacionados con el sueño:

– Insomnio y hábitos de vida. El consumo de alcohol y tabaco se relaciona con una mayor prevalencia de insomnio en nuestra población. A pesar de que el insomnio es mas frecuente entre los adolescentes que consumen bebidas excitantes (café, té y colas) por la tarde, los que utilizan juegos de ordenador y el grupo de los que no practican deporte, las diferencias encontradas no son estadísticamente significativas.

– Insomnio, parasomnias y otros trastornos del sueño. El insomnio en nuestra población guarda relación con la presencia de algunos tipos de parasomnias: somniloquia, pesadillas y sonambulismo. En el resto de las parasomnias referidas por los adolescentes, el insomnio también es más frecuente, pero sin diferencias significativas, probablemente en relación con el bajo número de adolescentes con este tipo de parasomnias. Los adolescentes con episodios de apnea referidos durante el sueño también muestran una mayor prevalencia de insomnio, lo que no ocurre con los roncadores.

– Insomnio, hábitos de sueño y síntomas diurnos. Encontramos en nuestro estudio que los adolescentes insomnes duermen significativamente menos tiempo durante el fin de semana que los no insomnes (9,3 frente a 9,7 horas, p = 0,003). El grupo de población con insomnio refiere más cansancio ya al levantarse por la mañana que el grupo sin insomnio (100% frente a 36%, p < 0,001), con diferencias muy significativas. Asimismo, los adolescentes que presentan insomnio se quejan de estar más somnolientos durante el día que aquellos que no refieren problemas con el sueño (100% frente a 48,7%, p < 0,001).

– Insomnio y trastornos psicológicos.  La población de insomnes presenta más síntomas de ansiedad y depresión, con diferencias estadísticamente muy significativas.

Las implicaciones de estos hallazgos son de gran importancia y sugieren la necesidad de establecer programas educativos y de prevención (higiene adecuada de sueño, fomento de la práctica deportiva, control de estrés, adecuación de los horarios escolares, etc.) con el fin de evitar la aparición de los Trastornos del Sueño, lo que seguramente contribuirá a mejorar la salud y la calidad de vida y hará posible un mejor aprovechamiento en los adolescentes.

Recibido: 30.12.03. Recibido en versión revisada: 03.05.04. Aceptado: 11.05.04.
a Servicio de Neurofisiología Clínica. b Servicio de Atención Primaria. Hospital
Virgen de la Luz. Cuenca, España.
Correspondencia: Dra. M.ª Ángeles García Jiménez. Avda. de los Alfares,
24, 2.º A. E-16002 Cuenca. E-mail: leoan@grupobbva.net
Parte de los resultados provisionales de este trabajo se presentaron en forma
de póster en la XII Reunión de la Asociación Ibérica de Patología del
Sueño. Madrid, 23 y 24 de junio de 2003.
 2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
Este famoso padecimiento, que suele diagnosticarse en niños mayores de 6 años y que trae desestructuración y alteraciones en la dinámica familiar tiene una estrecha relación con el sueño deficiente e insuficiente.
Los trastornos del sueño se presentan con bastante frecuencia entre los niños afectados de TDAH, y probablemente su presencia empeore su pronóstico, por lo que la evaluación del sueño debería formar parte de la rutina asistencial en la valoración clínica de estos niños.
La resistencia a acostarse, los despertares nocturnos y las parasomnias, junto con la enuresis (hacerse pis de noche) y el bruxismo (rechinar los dientes) son los más frecuentemente asociados.
  
Sueño y estrés: relación con la obesidad y el
síndrome metabólico

Antonio Vela Bueno1, Sara Olavarrieta Bernardino1, Julio Fernández Mendoza1,2
1Laboratorio de Sueño Humano y Cronobiología Aplicada. Departamento de Psiquiatría. Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Madrid.
2Departamento de Psicobiología. Facultad de Psicología, Universidad Complutense de Madrid.
Correspondencia: Antonio Vela Bueno. Laboratorio de Sueño Humano y Cronobioloa Aplicada. Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Madrid. C/ Arzobispo Morcillo, 4, 28029-Madrid. Tfno.: 914 97 54 92, fax: 914 97 53 53
El aumento de la prevalencia de la obesidad ha ido en paralelo al incremento de la prevalencia de la privación parcial de sueño en la población general. Por ello, en los últimos años se ha prestado atención a la posible relación entre ambos fenómenos. Así, numerosos estudios epidemiológicos han puesto de manifiesto que un sueño insuficiente se asocia con el riesgo de tener sobrepeso u obesidad.
El sueño tiene un papel fundamental en la regulación del equilibrio energético. Así lo demuestra
la relación existente entre diversas hormonas implicadas en la regulación metabólica y el ritmo sueño- vigilia. Estudios experimentales en humanos sanos han demostrado que la privación parcial de sueño tiene efectos endocrinos y metabólicos que podrían explicar la relación existente entre sueño y peso corporal.
La obesidad constituye un factor de riesgo para padecer el síndrome de apnea del sueño.

Sueño insuficiente y peso corporal
Más de veinte estudios epidemiológicos, publicados todos, excepto dos, desde el año 2000, han demostrado que existe una relación inversa entre duración habitual de sueño y peso corporal.
En general, los estudios muestran una relación dosis-respuesta entre duración acortada de sueño y excesivo peso corporal. Esta relación es más marcada en los niños, en los que es de tipo lineal (menos sueño igual cantidad de aumento de peso corporal).
Algunos ejemplos de estudios realizados demuestran la relación entre Indice de masa corporal y horas de sueño: más de 9 h/día (menor prevalencia de obesidad cuando se comparaba con dormir 6h/día), en algunos estudios esto se vió más reflejado en el caso de las mujeres, aumento de la ghrelina y disminución de la leptina (sustancias reguladoras del apetito) al dormir menos horas, los sujetos entre 32 y 49 años que dormían menos de 7 hs, tenían más riesgo de obesidad y mayor IMC que los que dormían más de 7 hs, dormir menos de 10 horas al día eran significativamente más frecuente en niños obesos que en los no obesos, pocas horas de sueño estaban más relacionados con obesidad y mayor porcentaje de grasa corporal y por último el sueño considerado como adecuado de entre 6-8 hs por día más de 4 veces por semana estaba relacionado con ausencia de obesidad.

Sueño y Metabolismo de la Glucosa
Algunos datos sugieren que la privación parcial crónica de sueño, moderada y voluntaria, puede dar como resultado una disminución de la sensibilidad a la insulina, mayor valores de glucemia en la mañana en aquellos que dormían menos de 8 horas por día.
La inflamación sistémica parece ser un paso pre vio al desarrollo de la resistencia a la insulina y de enfermedades cardiovasculares. Las citocinas interleucina-6 (IL-6) y factor alfa de necrosis tumoral (TNF-α) son marcadores de dicho tipo de inflamación y sus niveles están aumentados en la obesidad. Por ello, el estudio de los efectos de la privación parcial de sueño puede ser una contribución importante para relacionar el sueño insuficiente y el desarrollo de resistencia a la insulina y de obesidad. O sea todo el estado de estrés constante genera el aumento de sustancias corporales dañinas que llevan a un estado de inflamación crónica y sus resultados desalentadores sobre el desarrollo de obesidad y diabetes.

Sueño y Obesidad
Hay dos tipos de personas con obesidad de acuerdo al tiempo de sueño en las 24 horas: los que tienen un sueño nocturno acortado y fatiga durante el día y los que tienen un sueño nocturno prolongado y somnolencia durante el día. Ambos tipos parecen diferenciarse desde el punto de vista de su perfil psicológico. En un Centro de Minessotta se vió que los que tenían un sueño acortado, comparados con el otro grupo, tenían más riesgo de Hipocondriasis, Depresión e Histeria, lo que indica que tienen más distrés psicológico.

Sueño obesidad y síndrome metabólico
Definiciones básicas de ambos síndromes

El síndrome metabólico tiene como manifestaciones fundamentales la resistencia a la insulina y la obesidad, a las que se añaden la hipertensión arterial (presión alta) y la dislipidemia o sea trastornos en las grasas corporales (triglicéridos y VLDL aumentados y HDL disminuidas). Un estudio reciente demostró que más del 22% de los estadounidenses adultos presenta síndrome metabólico, sin diferencias entre sexos, con aumento con la edad y con una clara relación con el índice de masa corporal.
El síndrome de apnea del sueño se define básicamente por un índice de apnea/hipopnea (número de apneas e hipopneas por hora de sueño) de cinco o más, la apnea es una pausa repiratoria de más de 20 segundos de duración y las hipopneas pausas de menos de este período, a ello se añaden síntomas nocturnos (los principales son las pausas respiratorias y los ruidos asociados a ellas –roncar- y la perturbación del sueño) y durante el día (el principal, la excesiva somnolencia diurna).
Se vio que aquellos que sufrían de este síndrome (Apneas del sueño) el cual es favorecido por la obesidad, demostraron mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes. También al disminuir la proporción de oxígeno en sangre en cada una de estas pausas respiratorias se ponen en marcha  mecanismos que llevan al daño cardíaco (insuficiencia cardíaca), enfermedad pulmonar y renal.

Conclusiones
Privación parcial crónica de sueño, estrés, síndrome metabólico y obesidad
La privación parcial crónica de sueño ha experimentado un aumento creciente en las sociedades modernas desde la segunda mitad del siglo pasado. Por ejemplo, se considera que en los últimos 40 años la duración del sueño ha disminuido entre 1,5 y 2 horas por día en la población general de Estados Unidos. En este mismo país la proporción de adultos que duermen 6 horas o menos ha aumentado desde un 20% en 1985 hasta un 25% en 2004.
Por otra parte, en lo que se refiere a los jóvenes estadounidenses, los que decían dormir menos de 7 horas han pasado de un 15,6% en 1960 a un 37,1% en 2001-2002.
En conjunto, se considera que muchos estadounidenses duermen entre
5 y 6 horas por noche.
Las tendencias en lo concerniente al índice de masa corporal, la obesidad y el síndrome metabólico parecen seguir una evolución similar a la de la privación parcial crónica de sueño. Los estudios epidemiológicos a que nos hemos referido antes sugieren que, además del paralelismo entre las tendencias seculares de ambos fenómenos, existe una asociación entre privación parcial crónica de sueño y aumento de peso. A su vez, los estudios experimentales también descritos en este artículo demuestran que la privación parcial de sueño, incluso si es durante unos días y en personas jóvenes sanas, da lugar a cambios endocrinos y metabólicos similares a los que se asocian con la resistencia a la insulina. Un estudio reciente ha confirmado la relación existente entre un sueño inadecuado, en duración o en calidad, y la alteración de la regulación de la glucosa en personas con diabetes de tipo 2.
Es decir, que ya sea en personas sanas o en personas con diabetes, el acortamiento del tiempo de sueño se asocia con un deterioro del control de la glucemia, probablemente por un aumento de la resistencia a la insulina.

Una pregunta abierta es: ¿cuál sería la percepción subjetiva de estrés en una situación de privación parcial crónica de sueño? De hecho, el llamado síndrome de sueño insuficiente incluye síntomas sugerentes de estrés.
Estudios experimentales recientes han demostrado que, aunque individuos sanos privados crónicamente de sueño se adapten subjetivamente a la sensación de somnolencia, acumulan déficit neurocognitivos muy marcados en dicha situación.

Hasta ahora, las intervenciones clínicas (para tratar) y sanitarias (para prevenir) la obesidad se han centrado en la dieta y la actividad física, mientras que el sueño se ha ignorado. No obstante, el estilo de vida de muchas personas, elegido o forzoso, implica en la práctica darle al sueño menos importancia de la debida.
Las medidas orientadas a mejorar el sueño se conocen genéricamente como higiene del sueño. La mayoría de ellas son de sentido común, no obstante, su aplicación, con frecuencia, se ve dificultada por los hábitos sociales, por los horarios de las actividades (ya sean laborales o de ocio), por las actitudes individuales, algunas de ellas ligadas a la edad (adolescencia), y de manera decisiva por ciertas creencias acerca del sueño como pérdida de tiempo, o como, al menos en parte, algo opcional. A continuación se resumen las principales recomendaciones de higiene del sueño. Éstas se refieren fundamentalmente a: horarios y duración del sueño, ambiente en que se duerme, actividades, nutrición.
Conviene establecer un horario de sueño regular y flexible, yendo a la cama sólo cuando se tenga sueño y levantarse a la misma hora todas las mañanas, incluyendo los fines de semana. Hay que obtener una cantidad óptima de sueño; aunque las necesidades individuales varían, se sugieren las siguientes horas por noche según la edad:
·         de 18 meses a 3 años: 12-14 horas
·         de 3 a 5 años: 11-13 horas
·          de 5-12 años: 10-11 horas
·         Adolescentes: alrededor de 9 horas
·         Adultos: alrededor de 8 horas
Medidas de higiene del sueño
Mantener un horario regular
Obtener una cantidad óptima de sueño
Cuidar el ambiente en que se duerme
Regular las actividades
Hacer ejercicio físico
Evitar comidas copiosas antes de dormir
Evitar exceso de líquidos por la noche
Evitar sustancias estimulantes por la tarde/noche
Evitar el uso de alcohol
Evitar la nicotina

El ambiente del dormitorio debe favorecer el sueño al máximo posible. La temperatura, la humedad, la luz y el ruido deben mantenerse en niveles compatibles con el sueño. El dormitorio hay que usarlo sólo para dormir, evitando cualquier otra actividad como leer, ver la televisión y oír la radio, entre otras.
Antes de dormir conviene establecer una rutina. Para ello son recomendables actividades tranquilizadoras o relajantes durante al menos 15 a 30 minutos, evitando aquellas que puedan tener un efecto estimulante,  desde el ejercicio físico a la actividad intelectual intensa. Esto es particularmente recomendable  para adolescentes y jóvenes, que tienden a tener actividades que implican el uso de videojuegos, ordenador y a estudiar por la noche. Hay que recordar a adolescentes y jóvenes que trasnochar los fines de semana tiene un efecto perturbador sobre el sueño durante unos días.
El ejercicio físico, adecuado a la forma física de cada uno, practicado regularmente contribuye a mejorar el sueño. Sin embargo, conviene no hacerlo a una hora próxima a la de acostarse, dejando transcurrir al menos 4 ó 5 horas.
Es recomendable evitar comidas copiosas y líquidos en exceso antes de irse a dormir. Si se tiene hambre antes de la hora de acostarse conviene tomar un tentempié con hidratos de carbono. En caso de despertarse de noche conviene evitar comer para no establecer el hábito cada noche.
La cafeína y otras sustancias estimulantes (ya sea contenidas en bebidas, alimentos o medicamentos) deben evitarse.
El Sueño insuficiente frustra los esfuerzos por bajar de peso.
06 de octubre 2010 - La falta de sueño parece poner en peligro la eficacia de la dieta para perder peso, según un nuevo estudio publicado en el 05 de octubre de la revista Annals of Internal Medicine.
"Muchas personas tienen sobrepeso u obesidad, la dieta y la pérdida de peso inducida, es una estrategia ampliamente utilizada para reducir los riesgos de salud asociados con el exceso de adiposidad", escribe Arlet V. Nedeltcheva, MD, de la Universidad de Chicago, Illinois, y sus colegas. "Los cambios neuroendocrinos están relacionados con la reducción del sueño en la presencia de la restricción calórica, sin embargo, sugieren que la falta de suficiente sueño puede comprometer la eficacia de las intervenciones dietéticas de uso común en estas personas."
En este estudio, los autores examinaron si la " frencuente restricción de la hora de acostarse"  afectó la pérdida de peso cuando se está a dieta, como el aumento de hambre, y como aumentó la concentración de leptina y grelina en suero (sustancias que regulan el apetito y la saciedad). También examinaron los cambios en el cortisol circulante, epinefrina, norepinefrina, la tiroides, y las concentraciones de la hormona del crecimiento debido a la pérdida de sueño (hormonas que regulan el metabolismo y el estrés)
Se asignaron al azar 10 individuos en sobrepeso, adultos que no fumaban (3 mujeres, 7 hombres) con una edad media de 41 años y cuyo índice de masa corporal varió desde 25 hasta 32 kg / m 2 a 14 días de dieta y 8.5 horas de sueño durante la noche y luego a un período similar de la dieta y 5.5 horas de sueño nocturno.
En el estudio se analizó el sueño, y los sujetos involucrados eran sedentarios y pasaron sus horas de vigilia en casa haciendo trabajo de oficina o de ocio.
El estudio encontró que la reducción del sueño disminuye la proporción de peso perdido en forma de grasa en un 55%. Los sujetos que dormían 8,5 horas por noche perdió una media de 1,4 kg, y los que durmieron 5,5 horas por noche perdió una media de 0,6 kg (P = 0,043).
Además, la reducción del sueño incrementa la pérdida de masa corporal libre de grasa en un 60%. Los sujetos que dormían 8,5 horas por noche perdió una media de 1,5 kg, mientras que los que durmieron 5,5 horas perdió una media de 2,4 kg (P = 0,002).
El estudio también encontró que menos tiempo de sueño resultó en un aumento del hambre y las concentraciones en 24 horas de grelina, pero menor tasa metabólica en reposo y las concentraciones de plasma de 24 horas de adrenalina. Las concentraciones de leptina disminuye en paralelo con la pérdida de peso y adiposidad sin un efecto significativo independiente de la pérdida de sueño (p = 0,001) (o sea se modifica proporcionalmente con la disminución de la grasa corporal). Las limitaciones del estudio son su duración y tamaño de la muestra.
"Estos resultados resaltan la importancia de dormir lo suficiente para el mantenimiento de la masa corporal libre de grasa cuando están a dieta para perder peso", autor principal del estudio Plamen Penev, MD, PhD, de la Universidad de Chicago, dijo en un comunicado.
"Entre otros efectos hormonales, se encontró que la restricción del sueño provoca un aumento en los niveles de grelina en la sangre. Ghrelina es una hormona que se ha demostrado que reduce el gasto de energía, estimula la ingesta de alimentos y el hambre, promoviendo la retención de grasa y aumentando la producción de glucosa en el cuerpo. Esto podría explicar por qué aquellos participantes que redujeron sus horas de sueño también manifestaron sentir más hambre durante el estudio ", continuó.
En un editorial acompañante, Shahrad Taheri, MBBS, PhD de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, y Emmanuel Mignot, MD, PhD, Centro de Medicina del Sueño de Stanford, Redwood City, California, acordaron en que dormir lo suficiente puede ser un factor importante en la pérdida de peso exitosa y sugieren que el sueño podría ser parte de un paquete de estilo de vida que se ha centrado tradicionalmente en la dieta y el ejercicio.
Sin embargo, señalan que el estudio incluye sólo 10 individuos sanos y que sus resultados no pueden generalizarse a otras personas con condiciones de comorbilidad. Además, los estudios de laboratorio del sueño no son aplicables a la vida real, donde muchos otros factores pueden influir en la capacidad de una persona a permanecer en una dieta. Dr. Taheri y el Dr. Mignot la conclusión de que replicar los hallazgos de este estudio en los ensayos clínicos es "un próximo paso crítico en el tratamiento de cuestiones importantes sobre el peso del sueño y el cuerpo."
The study was funded by the National Institutes of Health.
Ann Intern Med. 2010;153:435-441, 475-476.
SUEÑO Y CALIDAD DE VIDA 1
Sleep and Quality of Life
Elena Miró,1 María del Carmen Cano-Lozano,2 Gualberto Buela-Casal1
1 Universidad de Granada, España
2 Universidad de Jaén, España
Revista Colombiana de Psicología,
2005, No. 14, 11-27
Uno de los factores que más contribuyen a alcanzar este estado de bienestar físico y psicológico es el sueño. El sueño es una función biológica fundamental—baste sólo recordar que pasamos durmiendo aproximadamente un tercio de nuestra existencia. El sueño es esencial en nuestras vidas y no sólo por la cantidad de tiempo que dedicamos a dormir sino también por la significación que atribuimos a una noche de descanso y el efecto que el sueño tiene en nuestra salud. La investigación actual muestra cada vez con mayor fuerza empírica que existe una estrecha interrelación entre los procesos de sueño y el estado general de salud física y psicológica de una persona. Son bien conocidas las graves consecuencias físicas y psicosociales de trastornos del sueño como el insomnio o la apnea (Roth & Ancoli-Israel, 1999). Asimismo, es muy frecuente la presencia de problemas del sueño en diversas afecciones médicas y trastornos psicopatológicos (Benca, Obermeyer, Thisted & Gillin, 1992).
Podemos hablar de tres tipos de patrones de sueño: patrón de sueño corto, patrón de sueño largo y patrón de sueño intermedio, respectivamente. A éstos puede añadirse un cuarto grupo de sujetos con patrón de sueño variable, que se caracterizaría por la inconsistencia de sus hábitos de sueño. La razón de estas diferencias individuales en duración del sueño es desconocida. Independientemente de la cantidad de sueño, los sujetos pueden clasificarse en patrones de sueño que se diferencian principalmente por la calidad del dormir. De esta manera, hablamos de personas con patrón de sueño eficiente o de buena calidad y de personas con sueño no eficiente o de pobre calidad.
Finalmente, existen también diferencias entre las personas en la tendencia circadiana del ciclo sueño-vigilia. Desde este punto de vista, se establece una distinción entre los sujetos matutinos, que son aquellos que tienden a levantarse y a acostarse temprano, y los individuos vespertinos, que son los que tienen tendencia a levantarse y acostarse tarde (Buela-Casal & Caballo, 1991). Los momentos de máxima alerta y ejecución de estos grupos se producen durante la mañana para los matutinos y durante la tarde-noche para los vespertinos.
Cáncer y sueño
Algunos estudios han relacionado la duración del sueño con la longevidad. En el estudio pionero de Kripke, Simons, Garfinkel y Hammond (1979), recientemente reevaluado por Kripke, Garfinkel, Wingard, Klauber y Marter (2002), la Sociedad Americana de Oncología recopiló datos sobre los hábitos de salud de más de un millón de estadounidenses a lo largo de un período de seis años. El objetivo del estudio era establecer factores de riesgo de cáncer y no se exploraba especialmente el sueño, aunque se preguntaba por los hábitos de sueño y por casualidad se evidenció una relación sorprendente. Los menores riesgos de mortalidad, tras controlar una amplia gama de variables, los obtienen las personas que duermen 7-8 horas. Dormir menos de 4 horas o más de 8 horas, aumenta el riesgo de muerte temprana. De hecho, dormir mucho más de 8 horas por noche es un factor de riesgo de cáncer, cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. No se sabe si el cáncer, los problemas cardíacos u otras enfermedades modifican los patrones de sueño o si la cantidad de sueño anormal es la que genera la patología.
Figura 1.
 Figura 1.
Tasas de mortalidad en función de la duración del
sueño individual en el estudio de seguimiento de
Kripke y cols. (1979) (tomada de Miró, Iáñez &
Cano, 2002).

Kojima y cols. (2000) han analizado también la relación entre mortalidad y sueño, teniendo en cuenta no sólo la duración del sueño sino también la calidad del sueño. En los varones que tenían un patrón de sueño corto, frente a aquellos que dormían un promedio de 7-8 horas, se evidenciaba un incremento en el riesgo de mortalidad. Este riesgo de mortalidad incrementado permaneció después de controlar la historia médica actual y anterior, el uso de hipnóticos y los hábitos de fumar o beber.
Otros estudios más recientes han informado también de que la desviación del patrón de sueño intermedio, y en especial la pertenencia a un patrón de sueño muy corto, se asocia a un riesgo incrementado de desarrollar diabetes en un estudio longitudinal de 10 años (Ayas, White, Al-Delaimy y cols., 2003).
Los sujetos que practican más hábitos saludables, entre los que destaca dormir 7-8 horas cada noche, presentan mejor estado de salud. Además, observan que los sujetos con artritis o problemas cardíacos duermen un menor número de horas.
La cantidad de sueño no sólo se ha relacionado con la salud física sino también con diversas medidas de bienestar psicológico. El mayor bienestar psicológico lo obtienen los sujetos que duermen entre 7-8 horas. Por ejemplo, en el estudio de Duncan, Bomar, Nicholson y Wilson (1995) el ejercicio moderado y los hábitos regulares de sueño (7-8 horas) eran predictores de mejor salud mental en una muestra de 490 universitarios. Una duración insuficiente del sueño se ha relacionado con un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad, o un problema de abuso de drogas, alcohol o nicotina (Breslau, Roth, Rosenthal & Andreski, 1997).
También se encontró mayor riesgo de: depresión mayor, problemas de ansiedad y trastornos relacionados con el abuso de sustancias.
Por otra parte, es más probable que tanto los sujetos con patrón de sueño corto como con patrón de sueño largo tengan quejas de somnolencia diurna. La somnolencia por sí misma se ha asociado a bajo estatus funcional, pobre calidad de vida, aumentada tasa de accidentabilidad (Newman y cols., 2000; Ohayon, Caulet, Philip y cols., 1997) y bajo rendimiento académico en adolescentes (Reid, Maldonado & Baker, 2002).
Por ejemplo, si se analiza el número de consultas médicas en un año resulta que un 76.3% de los sujetos que padecen somnolencia severa, un 67.9% de los que padecen somnolencia moderada y un 58.7% de los que apenas se quejan de somnolencia, habían demandado atención médica el año previo (Ohayon y cols., 1997).
Tabla 1
Algunas Consecuencias a nivel de Salud Física y Psicológica Asociadas al Padecimiento de Somnolencia
Severa y Moderada (Datos del Estudio de Ohayon y cols., 1997)


Consultas médicas en un año
Hospitalizaciones y/o tratamientos
Trastornos depresivos
Trastornos ansiedad
Accidentes tráfico o maquinaria
Somnolencia
Severa
76.3%
20.2%
17.4%
19.4%
9.3%
Somnolencia
Moderada
67.9%
15.6%
8.7%
9.6%
        3.4%
.
Una siesta de corta duración (p. ej., unos 30 min.) generalmente mejora la ejecución y los sentimientos subjetivos de bienestar en los jóvenes (Pilcher & Huffcutt, 1996) e incluso, por ejemplo, reduce en un 30% el riesgo coronario y los problemas de hipertensión en ancianos (Asplund, 1996). En cambio, el tomar siestas frecuentes y largas se ha asociado a pobre salud (p. ej., presentar enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, etc.; Bazargan, 1996), síntomas depresivos, empeoramiento funcional, sobrepeso, déficit cognitivos y mayor mortalidad total (Gyawali, Bursztyn, Ginsberg & Stessman, 2000).

SI VA A TOMAR UNA SIESTA QUE SEA DE CORTA DURACIÓN.

Calidad del Sueño

Encuentran que una alta calidad de sueño era el mejor predictor de un buen estado de ánimo y pocos síntomas mentales y físicos al día siguiente. Además, dormirse temprano predecía mejor el estado de ánimo y la experiencia social al día siguiente que la propia duración del sueño. Finalmente, la presencia de síntomas físicos de algún tipo eran secundarios a tardar más en irse a dormir o conciliar el sueño, y a más despertares nocturnos.

Diversos estudios concluyeron que: las personas necesitan unas 8 horas de sueño diario para evitar que sus procesos vitales se aceleren y se produzca un envejecimiento prematuro.


Además, la privación de sueño parece ser inmunosupresora (Benca & Quintans, 1997).
De hecho, si la privación de sueño se prolonga indefinidamente, como se ha hecho en algunos experimentos con animales, la muerte sobreviene en torno a los 21 días (Rechtschaffen & Bergmann, 1995).

Trabajo Nocturno o con Turnos Rotatorios
Los seres humanos, al igual que otros seres vivos, poseen un reloj corporal interno situado en el  núcleo supraquiasmático del hipotálamo que regula sus ritmos corporales, incluido el ritmo de sueño-vigilia. El período habitual de la mayoría de estos ritmos es cercanoa 24 horas (circadiano) y está preparado para sincronizarse con el ritmo ambiental diario de luz-oscuridad, en concreto, para estar activos y despiertos de día y para dormir y descansar de noche, coincidiendo con el descenso de la temperatura corporal que comienza a última hora del día. Cuando se trabaja de noche o en turnos rotativos de trabajo, el sistema circadiano es incapaz de adaptarse rápidamente al nuevo horario y surge una desincronía entre el ritmo de los sistemas fisiológicos internos y las exigencias horarias externas. Dicha desincronía, junto a la falta de sueño que suele asociarse a estas condiciones laborales, es responsable de los problemas de salud que se encuentran en este tipo de trabajadores.
Muchas investigaciones han señalado que el trabajo nocturno y a turnos tiene importantes efectos perjudiciales en términos de mala salud, pobre calidad de vida y deterioro social (Garbarino y cols., 2002; Khaleque, 1999; Knutsson, 1989; Oginska, Pokorski & Oginska,
1993)
Recientemente, se ha demostrado que la falta de sueño que se asocia al trabajo por turnos  rápido puede generar importantes elevaciones del cortisol en sangre, lo que es un potente
indicador de haber estado estresado durante bastante tiempo (Lac & Chamoux, 2003).

Tabla 2
Impacto en la Calidad de Vida del Trabajo por Turnos y del Trabajo Nocturno





Problemas de salud asociados con la irre- gularidad del período de trabajo y descanso
- Problemas digestivos (úlcera péptica, gastritis, etc.)
- Problemas cardíacos coronarios
- Obesidad
- Envejecimiento prematuro
- Trastornos inmunológicos
- Problemas reproductivos
- Trastornos psicológicos


Alteración de los hábitos de alimentación

- Cambios en la cantidad, calidad y horarios de las comidas
- Consumo  aumentado de café, tabaco, estimulantes, alcohol e hipnóticos


Problemas de sueño
- Desincronía circadiana
- Deuda crónica de sueño
- Mayor incidencia de insomnio, apnea, mioclonías, etc.


Problemas de rendimiento  laboral

- Tasas s altas de accidentabilidad
- Disminución de la calidad de la ejecución
- Absentismo laboral

Interferencia con la vida familiar y social

- Impacto negativo en la crianza de los hijos, la vida de pareja, las relaciones sociales, etc.

Estos trabajadores tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, problemas digestivos, obesidad, trastornos psicológicos, inmunológicos, fatiga crónica, etc. Una revisión reciente indica que los problemas de salud que más se relacionan con el trabajo nocturno o a turnos son la úlcera péptica, las enfermedades cardíacas coronarias y la disminución de la fecundidad en las mujeres (Knutsson, 2003).

Trastornos del Sueño

El más frecuente es el insomnio. Los sujetos con insomnio sufren de mayor deterioro funcional, pérdida de productividad y un exceso de utilización de los distintos servicios de salud (Kales y cols., 1984; Kryger y cols., 2004), y tienen problemas de atención y concentración, deterioros
de la memoria y menos habilidad para efectuar algunas tareas diarias y relacionarse a nivel interpersonal (Roth
 & Ancoli-Israel, 1999). Los insomnes cuentan con una probabilidad el doble de alta que los que no sufren insomnio de padecer accidentes de tráfico (Morin, Mimeault & Gagne, 1999). Además, un 75% de las personas con trastornos del ciclo sueño-vigilia tienen síntomas de ansiedad o depresión y más de un 50% de los pacientes con quejas persistentes de sueño padecen un trastorno psicológico (Breslau y cols., 1997).